Las organizaciones de la sociedad civil y personalidades que impulsaron el proyecto “Alameda de la Memoria ” y, dentro de él, el Memorial “El Ojo que Llora”, desean poner en conocimiento de la opinión pública lo siguiente:
1. El memorial “El Ojo que llora” nació como una iniciativa privada destinada a reparar simbólicamente a las miles de víctimas que se produjeron en el país como consecuencia del conflicto armado interno, fortalecer la memoria colectiva de todos los peruanos y promover la paz y la reconciliació n en el país. Forma parte de un proyecto mayor, denominado “Alameda de la Memoria ”, que integra el “Quipu de la Memoria ” y la muestra fotográfica “Yuyanapaq”. Esta iniciativa busca convertirse en un amplio espacio público, en el sentido de pertenencia a todos los peruanos, como existe en otras partes del mundo. La relevancia internacional que ha adquirido este sitio se demuestra en su incorporación en una red de museos que comparten una misión social relacionada con los pasados dolorosos en países como Argentina, Chile, Estados Unidos, Rusia, Inglaterra y Sudáfrica.
2. Los nombres de las víctimas recogidos en el memorial, representan a las peruanas y peruanos que fueron víctimas de violaciones de sus derechos humanos, incluyendo a todas aquellas personas identificadas que fueron agredidas por las organizaciones subversivas o por agentes del Estado, así como los nombres del personal militar, policial y de comités de autodefensa que murieron como consecuencia de su labor de defensa del Estado de Derecho y la democracia en el país. Todos los nombres allí consignados fueron recogidos del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliació n y de la información proporcionada por la Defensoría del Pueblo.
3. El sentido del memorial es incompatible con cualquier intento de manipular la verdad y la memoria histórica de todos los peruanos. Dentro de ella, tal y como fue señalado por la Comisión de la Verdad y Reconciliació n, no puede admitirse que en el “Ojo que Llora” se realicen actos que pretenden olvidar que la guerra interna que se inició en 1980, fue causada por una decisión criminal de Sendero Luminoso de destruir el Estado y la sociedad en el Perú. El memorial fue pensado como un espacio público que contribuya a forjar una cultura de paz en el país y, desde esa perspectiva, condenar los métodos y fines que persiguió esa organización terrorista, así como un rechazo a los crímenes cometidos por agentes de las fuerzas del orden que perpetraron crímenes en nombre de la defensa del Estado.
4. El Estado tiene la obligación de proteger y defender los derechos humanos de todos los peruanos y de sancionar a quienes los violen. Por eso, así como corresponde realizar juicios justos que lleven a condenas severas a los criminales, corresponde igualmente reconocer sus propios errores y crímenes, sancionar a los responsables y reparar el daño cometido según lo mande la ley. Lo contrario equivaldría renunciar al Estado de Derecho que precisamente los terroristas pretendían destruir. Esto no significa de modo alguno equiparar a las víctimas del senderismo con sus victimarios terroristas. Implica demandar del Estado un comportamiento que esté a la altura ética y legal que lo definen como democracia.
5. Las heridas causadas por esta guerra aún no se han cerrado. Por ello, resulta tan complejo y doloroso recordar las insanias que vivió el país. Desde la sociedad civil y la iniciativa privada, hemos querido aportar con un reconocimiento para todas las víctimas. Queremos recordar que el Estado mantiene una deuda pendiente con todas ellas y debe generar sus propias políticas de reparaciones, sean económicas, simbólicas o morales. El país tiene por delante un largo proceso de reconciliació n, en el que es importante contribuir con un lugar de memoria y dignidad, establecido para transmitir un mensaje de paz y de rechazo a la violencia a las futuras generaciones.
Lima, 12 de enero de 2007
Mario Vargas Llosa
Gustavo Gutiérrez
Fernando de Szyszlo
Julio Cotler
Juan Acevedo
Walter Albán Peralta
Jorge Alvarez Calderón
Augusto Alvarez Ródrich
Carlos Amat y León
Rolando Ames Cobián
Federico Arnillas Lafert
Luis Bambarén Gastelumendi sj
Martín Beaumont
Enrique Bernales Ballesteros
Cecilia Blondet
Jorge Bruce
Manuel Burga
Baltazar Caravedo
Constantino Carvallo
Gino Costa
Pilar Coll
Frederick Cooper Llosa
Alonso Cueto
Carlos Iván Degregori
Victor Delfín
Siguen firmas…
1. El memorial “El Ojo que llora” nació como una iniciativa privada destinada a reparar simbólicamente a las miles de víctimas que se produjeron en el país como consecuencia del conflicto armado interno, fortalecer la memoria colectiva de todos los peruanos y promover la paz y la reconciliació n en el país. Forma parte de un proyecto mayor, denominado “Alameda de la Memoria ”, que integra el “Quipu de la Memoria ” y la muestra fotográfica “Yuyanapaq”. Esta iniciativa busca convertirse en un amplio espacio público, en el sentido de pertenencia a todos los peruanos, como existe en otras partes del mundo. La relevancia internacional que ha adquirido este sitio se demuestra en su incorporación en una red de museos que comparten una misión social relacionada con los pasados dolorosos en países como Argentina, Chile, Estados Unidos, Rusia, Inglaterra y Sudáfrica.
2. Los nombres de las víctimas recogidos en el memorial, representan a las peruanas y peruanos que fueron víctimas de violaciones de sus derechos humanos, incluyendo a todas aquellas personas identificadas que fueron agredidas por las organizaciones subversivas o por agentes del Estado, así como los nombres del personal militar, policial y de comités de autodefensa que murieron como consecuencia de su labor de defensa del Estado de Derecho y la democracia en el país. Todos los nombres allí consignados fueron recogidos del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliació n y de la información proporcionada por la Defensoría del Pueblo.
3. El sentido del memorial es incompatible con cualquier intento de manipular la verdad y la memoria histórica de todos los peruanos. Dentro de ella, tal y como fue señalado por la Comisión de la Verdad y Reconciliació n, no puede admitirse que en el “Ojo que Llora” se realicen actos que pretenden olvidar que la guerra interna que se inició en 1980, fue causada por una decisión criminal de Sendero Luminoso de destruir el Estado y la sociedad en el Perú. El memorial fue pensado como un espacio público que contribuya a forjar una cultura de paz en el país y, desde esa perspectiva, condenar los métodos y fines que persiguió esa organización terrorista, así como un rechazo a los crímenes cometidos por agentes de las fuerzas del orden que perpetraron crímenes en nombre de la defensa del Estado.
4. El Estado tiene la obligación de proteger y defender los derechos humanos de todos los peruanos y de sancionar a quienes los violen. Por eso, así como corresponde realizar juicios justos que lleven a condenas severas a los criminales, corresponde igualmente reconocer sus propios errores y crímenes, sancionar a los responsables y reparar el daño cometido según lo mande la ley. Lo contrario equivaldría renunciar al Estado de Derecho que precisamente los terroristas pretendían destruir. Esto no significa de modo alguno equiparar a las víctimas del senderismo con sus victimarios terroristas. Implica demandar del Estado un comportamiento que esté a la altura ética y legal que lo definen como democracia.
5. Las heridas causadas por esta guerra aún no se han cerrado. Por ello, resulta tan complejo y doloroso recordar las insanias que vivió el país. Desde la sociedad civil y la iniciativa privada, hemos querido aportar con un reconocimiento para todas las víctimas. Queremos recordar que el Estado mantiene una deuda pendiente con todas ellas y debe generar sus propias políticas de reparaciones, sean económicas, simbólicas o morales. El país tiene por delante un largo proceso de reconciliació n, en el que es importante contribuir con un lugar de memoria y dignidad, establecido para transmitir un mensaje de paz y de rechazo a la violencia a las futuras generaciones.
Lima, 12 de enero de 2007
Mario Vargas Llosa
Gustavo Gutiérrez
Fernando de Szyszlo
Julio Cotler
Juan Acevedo
Walter Albán Peralta
Jorge Alvarez Calderón
Augusto Alvarez Ródrich
Carlos Amat y León
Rolando Ames Cobián
Federico Arnillas Lafert
Luis Bambarén Gastelumendi sj
Martín Beaumont
Enrique Bernales Ballesteros
Cecilia Blondet
Jorge Bruce
Manuel Burga
Baltazar Caravedo
Constantino Carvallo
Gino Costa
Pilar Coll
Frederick Cooper Llosa
Alonso Cueto
Carlos Iván Degregori
Victor Delfín
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